la ultima cena - astrologia

El Cenáculo y la astrología

“En el Cenáculo, Leonardo divide a los apóstoles en cuatro grupos, en analogía con los elementos de fuego, tierra, aire y agua. Los mismos grupos de tres personajes se disponen a lo largo de la mesa de dos en dos a cada lado de Jesús, quien estando en el centro de la pintura corresponde al Sol, mientras que cada apóstol individual representa un tipo fundamental de humanidad en relación analógica con uno de los doce signos del zodíaco “.

Si la pintura de Leonardo se coloca en “órbita”, es decir, si la pintura se lleva hipotéticamente a una visión circular, correspondiente a la banda zodiacal imaginaria paralela al ecuador, se puede leer la secuencia simbólica de los cinco planetas más las dos luminarias La Última Cena de Leonardo reproduce así, además de la secuencia de los signos del zodíaco, también la estructura del sistema solar “(de las órbitas de los planetas alrededor del Sol)

(“Magia y astrología en la Última Cena de Leonardo” de Franco Berdini, Editalia, Roma 1982).

Leonardo, así como en correspondencia con los signos del zodíaco, representó a los doce apóstoles en analogía con los planetas que los gobiernan, teniendo en cuenta las características planetarias, así como las del zodíaco, en la representación de su apariencia física y en la interpretación de su psicología. La astronomía antigua, que según el sistema ptolemaico colocaba a la Tierra en el centro del Universo, llevó a la astrología a considerar el cosmos como el Hombre, cuyo centro del alma era la Tierra. Y cuyas periferias materiales, es decir, el cuerpo, eran las constelaciones del Zodíaco.

Empezamos del primer signo y el primer apóstol:
Simeone, un Aries en toda su simbología y carácter. Se representa bien la frente, la cabeza es el elemento correspondiente al signo de Aries, un signo dominado por el planeta Marte, y no es un caso que Simeone fuera un guerrero de la causa Palestina contra la invasión romana. Después viene Taddeo, el Tauro, con su parte anatómica correspondiente, en evidencia el cuello, la espalda robusta y también su belleza siendo Tauro gobernado por Venus. El tercero es Matteo, el comunicador, como su signo de Géminis y su planeta Mercurio en plena ars oratoria ,con su aspecto juvenil y sus brazos en primer plano. Siguiendo el orden llega Filippo, el cuarto discípulo elegido por Jesús y también el cuarto signo del zodiaco, Cáncer y su Luna dominante, así se refigura a Filippo, como una mujer ,dulce, con las manos en el pecho y el único con la barriga visible respetando la simbología anatómica del Cáncer.

Sigue Giacobbe, Leo, su postura abierta, luminosa, con su plexo solar y el corazón a plena luz.
Por último, en su lado izquierdo, Tommaso, el Virgo, con su dedo levantado a precisar y confutar como el Mercurio que gobierna el signo. Al centro, naturalmente Jesús y a su derecha Giovanni, delicado y joven a representar a Libra. Naturalmente, la característica oscura del signo de Escorpio pertenecen a Giuda, el viajero al signo del Sagitario gobernado por Júpiter, y después Andrea, el Capricornio señalado por Saturno, el apóstol mas viejo y en posición de calma y de sabiduría. El Acuario es Giacobbe, el anticonformista. Y por último, Bartolomeo y el signo de Piscis, con su mirada aguda y su pies bien a la vista, símbolos propios del signo.

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